Había dado un leve paseo, y conmigo no llevaba más que mi agilidad y un pequeño secreto, o unos... mejor dicho.
Ya podíamos casi reconocer a los desconocidos en grupos tales como cuidadanos y logias, y a juzgar por la apariencia de aquel chaval y en especial su actitud, era de los segundos que conozco, una maliciosa sonrisa cruzó mi cara, pero no hice nada tan solo me senté en un banco, con un periódico como si fuese una ciudadana más...
Pasando desapercibida.