El primer día de mi nueva vida.

Había llegado a la nueva ciudad y ansiaba ver a mi hermana, mi pequeña y adorada hermana la unica razón de que aún mantuviese contacto con el resto de mi familia, dado que ella siempre me dijo que no dejase a mi familia, y en cierto modo la entendía pues ella nunca tuvo, pensando en todo esto llegué a mi lugar la Cafetería Cysyhdry la verdad la gente decía siempre que era algo peculiar con los nombres, pero todos los nombres que yo escogía tenían algún significado para mí...

-Hoy será un buen día, hoy empezamos tu y yo - sonreí haciendo referencia al a cafetería, mientras mi mano que se hallaba en mi bolsillo descubrían las llaves que se dirigieron al picaporte haciéndolo girar y abrir la puerta de manera suave, haciendo que sonase la típica campanita de los negocios como este, no puede esperar y fue directamente al a barra.

-Bienvenidos que desean - fingí practicar de manera bromista aun no me creía el tener mi propia cafetería.

Necesitaba cafeina.
La maldita reunión habia acabado con mis nervios, habia tenido unos cuantos flashback mientras ésta tenia lugar pero yo no recordaba que hubiera pasado nada de lo que me habia imaginado. Seguramente Richard hubiera hecho de las suyas, tendría que hablar con él.
Entré en la cafetería, era nueva, y un chico, situado detrás de la barra,saludó con tono divertido como si vinieramos cincuenta en vez de yo sola. Enseguida me di cuenta de que no se habia percatado de mi presencia.

Un café con leche, bien cargado-dije con torno frío y cortante, mientras cruzaba los brazos sobre el pecho y le miraba con sorna.

Sentí la campanilla de la puerta sonar, me giré.
Miré una muchacha con aire enfadad y frívolo a juzgar por su petición, pero no iba a dejar que eso me afectase de ningún modo, era una clienta, pero sobre todo era una persona, quizás le hubiese pasado algo, según me pidió aquel café con leche bien cargado, sobre la marcha preparé la taza con habilidad, y la serví.

-Tenga, ¿está bien? - pregunté sin importarme como pudiese verse el gesto. - no pareces estar bien... -susurré muy bajito colocando mi mochila por ahí.

Sonreí con frialdad. No me iban los rodeos, asi que decidi ir al grano. iba a sonar brusco, seguramente pensaria lo que no era...me daba igual.

Quiero ver tu trastienda-dije mientras cogia el cafe entre mis manos y pasaba al otro lado de la barra.-Me la enseñarás?-pregunté alzando uan ceja divertida y tomando un sorbo de café. Estaba delicioso pero no pensaba decirselo.

La escuché cuando no respondió a mi pregunta.
-ehm... claro! será un excepción por ser la primera clienta - dije divertido mientras la observaba tomarse el café, me adelanté y saqué las llaves, abrí la puerta, era algo vieja, pero para mi sorpresa la trastienda estaba inmaculada y parecía una casa en mudanzas.

Un esbozo de mueca cubrió mi rostro un segundo pero desapareció antes, incluso de que pudiera verla.

Vaya, lo tienes todo inmaculado-dije intentando sonar amable mientras entraba en la trastienda con paso firme. Buscaba el agujero, no lo ví por le suelo, ni por las paredes-Esto es todo?-le pregunté-No hay ninguna otra habitacion?-mi voz se tornó borde pero no por él sino por rick, parecia haberse equivocado, alli no habia nada

La escuché ¿serían esos humanos con capacidades desconocidas para mi?

-No que yo sepa - murmuré mientras la observaba con aquella bordería y miraba el techo un momento.
-Por qué?[/color] -quise saber yendo a abrir la puerta por si venía alguien.

Fui a una de las estanterias y miré detrás de ella, no habia nada, miré otra y después otra, asi hasta que casi habia recorrido todo el almacen. Por fin encontré lo que buscaba. Tiré la estanteria al suelo dejando que todo se desparramara a mi alrededor

Por esto-dije señalandoselo.

La escuché tratando de hacer memoria acerca de lo que cogio, y no estaba seguro si era mi caja de recuerdos, o que era.

-Y que se supone que tiene que ver eso? -pregunté

Le miré, en realidad solo era un ciudadano, no entendia la existencia de los agujeros, pero...me agarré la cabeza un segundo

Spoiler:

Me recobré

Quien eres?-le pregunté

La escuché y la observé un momento.

-Me llamo Erik Doyle, no se si eso te dice quien soy aunque solo sea un nombre murmuré- la seguí mirando un momento - estás bien? -pregunté un momento.

Le miré mientras algo en mi cabeza hacia click

Tienes algo que ver con una tal Arabel?-le pregunté mirandole furiosa.

La escuché y negué.
-Arabel? -pregunté un momento - fría? arrogante y presuntuosa? -pregunté un momento con tranquilidad, para acercarme a la chica, y retirarle la caja.
-Lo siento solo vendo lo de la tienda, no lo de la trastienda - sonreí guardando la caja en otro estante, dado que tiro aquel y mas tarde tendría que ordenarlo yo...
-A todo esto no me has dicho aún tu nombre, ¿cómo te llamas? -pregunté

si, la conoces?-le pregunté ignorando su pregunta sobre mi nombre.-No pretendo comprar nada de aqui-dije con frialdad volviendo a coger la caja, tenia una simbolo grabado, uno que conocia muy bien

Volví a tomar la caja, era la de las fotos, era algo que no iba a llevar.

-Eh? Cómo supiste que te invité el café? -respondí divertido y con calidez a esa frialdad que me mostraba.

-Sí, la conozco - murmuré con desagrado, guardando la caja con recelo.

El desagrado en su voz cuando la nombró me agradó. Relajé mi expresión ligeramente.

Tu café está delicioso-dije intentando sonar amable. Ya habia encontrado el agujero pero queria saber más de él y de arabel-me acompañas mientras me lo tomo?-le pregunté saliendo de la trastienda

Vi entrar a rick, no le habia preguntado nada despues de la reunión pero me llamaba la atención de que de todos los sitios hubiera elegido justo al que me habia mandado a mi.

Perdona Erik-dije mientras me dirigia a la mesa de Rick. Eché el tres cuartos de cuero negro hacia atrás y me senté en la silla de enfrete.-Me estas siguiendo?-le pregunté alzando una ceja-Que pasa Richard, aun no te fias de mi?

Observé como relajó su expresión, y en cierto modo al fin me relajé un poco yo, externamente hablando.
Sonreí por el cumplido hacia el café, sonreí gratamente dado que era posible que fuese su único buen comentario de hoy.

-Gracias - comenté un momento y cuando iba a asentir, entró un chico de su edad mas o menos, ví como la señorita se sentó tras él, y la seguí para dejarle la carta al chico, no tarde ni un segundo en dar la vuelta, y hallarme con rapidez tras la barra.

-Hulra ta mmijey, o yúh hu naknacyc... - susurré esta "canción" mientras ordenaba los platos de la cafetería.

Mantenía aquella canción en susurros, me la enseñó Selena, últimamente la añoraba mucho, aunque me prometió que volvería a mí a los pocos días, quizás semanas de estar aquí, y que si no podía volver tan pronto como ella quisiese, me escribiría, una sonrisa cubrió mi rostro al recordar todas nuestras aventuras, parecíamos amigos más que hermanos.

- Yúh naliantu lusu senypyc my mmijey bun my jahdyhy... - continué en susurros, para abrir mi maletín, y encendir mi ordenador portable.

Sentí de nuevo aquella campanilla sonar, una muchacha entró.

-Vaya... -murmuré en susurros desconcentrandome de lo que cantaba, me acerco a ella, ignorando la conversación de aquellos dos, puesto que él aún no había pedido....

La chica me pidió un café de una manera que casi me estremece.

-De acuerdo ahora mismo le traigo lo que ha pedido. - comenté con una sonrisa informal, para dirigirme al a barra a prepararlo.

Una vez preparado el café, vuelvo a dirigirme con paso afable y tranquilo a la mesa de la señorita que me hizo dicho pedido.

-Tenga, su café, cuidado, quema un poco -comenté sirviéndolo en la mesa, para mirarla a los ojos con una sonrisa, y voltear para caminar con tranquilidad aparente a la barra.