Frené sonriendo al ver que sacaba su espada y cargaba contra mi. Paré su la hoja de su espada con la de mi katana aun sonriente. Estudié su posición y vi que era muy buena, pero le faltaba perfeccionarla.
-Ya era hora, "miedica" -dije mientras bajaba la katana para esquivar su hoja y ponerme en su espalda para cargar contra ella.